Una palabra compuesta solo por dos letras, pero que tiene un profundo
significado y poder. Definida en la biblia como la certeza de lo que se espera,
la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1). Yo me atrevería a decir que la gran mayoría de las personas, en algún momento de la vida hemos hecho uso
de ella, la hemos necesitado, y en lo personal confieso fue un salvavidas en mi
vida, que me hizo aferrarme a ella.
Muchos colocan su fe en
muchas cosas, incluso objetos, sin embargo cuando nuestra fe esta puesta en la
confianza en Dios, ese Dios que nunca nos abandona y que por muy difícil que
sea nuestra situación, tenemos la plena confianza en que nos responderá de
acuerdo a su voluntad, entonces las cosas cambian.
Voy a contar algo
personal, que me ocurrió. Hacen 5 años,
pase por un momento muy difícil en mi
vida, se me cerraron todas las puertas posibles que me llevaban a recuperar algo que con mucho esfuerzo había obtenido
años atrás. No deje con quien hablar, desde personas con mucho poder, hasta las
de menos poder, oré, pedí y no tuve respuesta… me dije un día, será que le
pido mal a Dios? Y en medio de esa
prueba tan dura que estaba atravesando, un día me desperté de madrugada y me puse de rodillas
a orar… ya no para pedirle recuperar lo que estaba a punto de perder y no era que me estaba rindiendo, no, sino que tenía que avanzar y con lágrimas tuve
que decirle a Dios, que aceptaba que se hiciera su voluntad, que me ayudara a soportar la carga (ya no era solucióname
el problema Padre) ya era ayudarme a
enfrentarlo, toma mi carga. Confieso haber experimentado una paz increíble luego de hacer esa oración, empezó a alejarse
el miedo que me embargaba.
Mi vida continuo, me
dedique a trabajar más, aclaro que nunca deje ni de luchar, ni de orar, nunca
me falto nada, pero adivinen…un año después obtuve la respuesta, Dios me concedió
la victoria, recupere lo que había perdido, y con eso vinieron muchas más bendiciones; que si aprendí? mi respuesta es un rotundo si,
si aprendí; que aprendí? Que no es cuando yo quiera, es cuando Dios quiera, no
era a mi estilo, era al de Él, era si confías en mí, no te faltará nada, y con toda sinceridad les digo, con Dios nunca
nos falta nada.
En la Biblia hay una
historia que me gusta mucho, es para mí una de las mayores demostraciones de fe
que alguien puede experimentar. Se trata de la Mujer que toco el borde del
manto de Jesús. ¿Quién era ella? ¿Qué necesitaba? ¿Qué sabemos de ella? Era una mujer que tenía una enfermedad incurable, padecía
hemorragias de sangre.
- Llevaba 12 años
sufriendo esta enfermedad.
- Perdió todo su dinero
en muchos médicos.
- Su situación era peor
que al principio.
Como consecuencia de
esta terrible enfermedad, esta mujer tenía una vida terrible, nunca pudo estar
limpia según las leyes del Antiguo Testamento en Levítico 15:19-27. Esto en la práctica significaba que nunca podía ir a la sinagoga o al templo, si tocaba a su familia, amigos o extraños, estos eran inmundos. Era una excluida. ¿Qué tipo de vida era
esta?
Veamos la historia,
contada por Lucas (8:42-48)
...Y mientras iba (Jesús),
la multitud le oprimía.
43 Pero
una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había
gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada,
44 se
le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se
detuvo el flujo de su sangre.
45 Entonces
Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los
que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién
es el que me ha tocado?
46 Pero
Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de
mí.
47 Entonces,
cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose
a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado,
y cómo al instante había sido sanada.
48 Y
él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
Sorprendente, majestuoso
lo que acabamos de leer, 12 años sin tener respuesta, 12 años excluida, 12 años
padeciendo y en tan solo minutos recibe
lo que tanto había buscado. La imagino
tratando de armar el plan, debo esperarle por tal sitio, debo cubrirme para no
ser descubierta, será que pasará por allí a la misma hora, además del miedo que
tuvo que haber experimentado; pero ella
contaba con algo muy importante, que era la fe y digo la fe, porque luego de ir
a todos los médicos posibles durante 12 años, que confiará y tuviera la certeza
y convicción de que con solo tocar el borde del manto de Jesús se iba a sanar…vaya
que eso se llama fe, no dijo: debo hablar con Él para que ore por mí, no, ella solo
le bastaba con tocar el manto de Jesús.
Ahora bien,
su milagro fue concedido, lo que antes fue una vida de secretos, oculta ante
los demás, ahora paso a ser pública, todos
lo vieron, Jesús la rescató de la muerte. Este milagro enseña que Jesús tenía y tiene poder y control sobre
toda enfermedad, muerte y situaciones que atravesamos. Hoy puedes decir; que Él
también tiene el control sobre tu vida? Esa respuesta solo la puedes dar tú, y es Dios quien la espera!
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